Todo surgió de la manera más casual, como suceden estas cosas. Nos juntamos en una comida familiar y, durante la sobremesa, hablando de muchos temas, salió el de la literatura infantil y juvenil, y la hermana librera lanzó algunas ideas de libros que en su opinión podían ser interesantes. Entre las dos, los días siguientes, estuvimos hablando y debatiendo ese tema. Lo cierto es que la idea principal no era este formato, si no otro dirigido a un público mucho más infantil, pero ese proyecto está «en reserva» hasta que encontremos la manera de llevarlo a cabo de forma realista.
Como ese primer proyecto quedó un poco estancado, nos fuimos al segundo. Un día nos juntamos de nuevo y creamos el primer esquema de la trama y los finales (os aseguro que no tiene naaada que ver con el esquema final), nos empezamos a emocionar con el tema, y surgió, en unos 18 meses de trabajo, nuestro primer hijo literario, y de ahí, los demás proyectos que poco a poco completan nuestro catálogo.

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